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28 marzo, 2016

Batman vs. Superman

Unknown

El universo del hoy llamado comic que años atrás denominábamos historietas, es algo de lo que soy fan prácticamente desde que empecé a leer y si bien los gustos cambian con el tiempo, el inicio de todo siempre está en los superhéroes, aquellos que desde la más tierna infancia nos introducen en un universo único de fantasía que nada tiene que ver con cualquier otro conocido. El superhéroe tiene todo lo que una narración necesita para ser atractiva y universal: el conflicto familiar, el padre o la madre ausente, la venganza lindante con un espíritu trágico, el romance y el sentido humanista atravesado por las grandes contradicciones éticas con las que nos enfrentamos a menudo todos los simples mortales, a diferencia que éstos no son simples mortales aunque algunos de ellos puedan estar al borde de ser aniquilados por el malo de turno. Los superhéroes son parientes lejanos de los dioses paganos pero también tanto ellos como los villanos tienen su familiaridad con tipos como Hamlet, Macbeth o Ricardo III. Se han transformados en clásicos populares por esa conexión con los grandes relatos que marcaron la dramaturgia teatral y la cinematográfica. Estrenaron Batman Vs. Superman. Las primeras críticas la destruyen argumentando que la solemnidad es un elemento que ya debe ser dejado de lado por parte de la DC ya que Marvel con sus diversas sagas le aplicó el humor y la liviandad a sus películas y eso provocó que los Avengers y sus socios menores se aggiornaran a los tiempos que corren. Ahora bien, me encantan las películas de Marvel y fundamentalmente me gustan sus guiños, su desparpajo y el humor irónico que han propuesto.  Pero ¿por qué a todos los superhéroes le debería caber la misma vara para medirlos?. La oscuridad de Batman aplicada a partir de los 70 en el comic y patentada con Frank Miller en El Regreso del Caballero de la Noche, fue la manera de diferenciarse de la serie camp de los 60 con el Batman de Adam West.  A esto se le sumó primero el universo de Tim Burton sumado al negrísimo Batman comandado por Nolan. Pero en el medio estuvo Joel Schumacher con Batman y Robin y Batman Eternamente que volvieron a un espíritu satírico similar a la serie de los 60, con más villanos por película y con algunos hallazgos como el Capitán Frio de Arnold Swarzenegger y un desmesurado trabajo en la Dirección de Arte que nos alejaba del realismo que luego propuso Nolan. Mientras tanto la DC ingresó en la tv, via Warner con productos como Arrow (Flecha Verde), Flash, Gotham y ahora Legends of Tomorrow. Y en estas series televisivas (algunas de ellas se cruzan) la variedad de estilos, de formas, de humor y solemnidad, no tiene nada que envidiarle a la franquicia Marvel, que de por si en su reciente Daredevil para Netflix, describe un mundo mucho más oscuro que el del Batman más oscuro, con la contracara de Agents of Shields, para Sony, en donde allí vemos un poco el lado B de Avengers.  A partir de  esto suponer que Batman vs. Superman es una película que se queda fuera de moda por su falta de desparpajo, de humor,  solemnidad y etc, es desconocer la esencia misma de lo que son las historias de Batman y Superman en sus más variadas formas.

Batman vs. Superman se propone como el film que más conexión tiene con el origen de estos tipos, es decir la base está en los comics y no en el propio cine como ha pasado con las anteriores sagas, que si bien tomaban algunos elementos de las historietas, se miraban más en el espejo del cine o de sus versiones anteriores para deformarlas, eso hizo Burton en relación a la serie de los 60 y Nolan con el propio Burton o el Clark Kent de Calvill tratando de ser el reverso de Reeves. En cambio Batman vs Superman se nutre de los últimos 30 años de comics, con más de una cita a Frank Miller y Cía. La primera escena en donde aparece Batman es un claro homenaje al Regreso del Caballero Negro en una secuencia que está casi calcada de la historieta original.

Decir que los protagonistas de hoy Affleck y Calvill son actores con limitaciones es algo que entiendo que hasta en el mismo Hollywood lo sabían en el momento de invertir 250 millones de dólares en esta película. Pero en este film, como dije antes, estos superhéroes se basan en el dibujo y los globitos, donde lo que importa es que el dibujo y el cuadro/encuadre funcionen y sean atractivos. Al ver a este Clark Kent o a este Bruce Wayne, me parecen mucho más cercanos a aquellos que descubrí leyendo historietas que el más realista Cristian Bale, aunque sea mejor actor. Particularmente Superman nunca necesitó un buen actor para interpretarlo y es probable que ahora suceda lo mismo con Batman y que lo que necesitemos sea la credibilidad de las convenciones que entre comic y cine se establecen.

Lex Luthor Jr. el villano de turno, quizás sea donde radique el mayor problema de la película ya que en este pacto de credibilidad que nos propone la historia en relación a sus protagonistas, el personaje de Luthor no parece tener la fuerza visual que necesita. ¿Y por qué visual? porque la potencia de los héroes y villanos en un film como este radica en que ni bien los veamos aceptemos lo que estamos viendo. Y aquí el personaje de Luthor parece salido de una de las otras Batman y no responde a las premisas del film, pero más allá de esto la presencia de Jesse Eisenberg pelado (como corresponde a Luthor) sobre el final, nos predispone a encontrarlo en mejor forma para la próxima.

El otro personaje que aparece es la Mujer Maravilla, más como una introducción para próximos films, al igual que unos pocos segundos de Aquaman. Wonder Woman tiene poca incidencia en la trama y salvo por pre anunciar la conformación de La Liga de la Justicia, es un personaje totalmente prescindible para la trama central del film.

La historia en cuanto a lo que supone el enfrentamiento entre los dos super tipos me parece acertada y es algo a lo que seguramente se adelantan un poco a lo que será Civil War de Marvel: el peligro que pueden causar los super poderosos a una sociedad cuando los poderes se le van de las manos. Algo parecido a esto plantearon en Los Increibles (2004), cuando los superhéroes son quitados de funcionamiento por la cantidad de cagadas que se mandan y a Mr. Increible lo confinan a una vida aburrida de oficinista hasta que -como siempre- el mal es tan poderoso que hace falta la presencia de estos dioses humanos o meta humanos. Y es aquí donde las diferencias entre Batman y Superman se manifiestan poniendo de relieve lo que cada uno de ellos ha significado tanto en términos culturales como de representación. Superman como un Cristo que viene del cielo a proteger a los humanos, juega el rol de Dios o de los Dioses, pero como el mismo Cristo tiene sus contradicciones sobre si dejar de ser un Dios para transformarse en un simple mortal o utilizar su poder. Pero en esta encrucijada y como dios todopoderoso en su batalla contra Zod, en el film anterior, no reparó en las consecuencias de su enfrentamiento con las fuerzas del mal: había que eliminarlas sin reparar en los “daños colaterales”. Esta es una de las metáforas más obvias que enlaza directamente con el pensamiento más reaccionario de la política exterior de Estados Unidos, hay que eliminar al enemigo de occidente aunque con ello se nos vayan las vidas de inocentes, ya sean de los otros o de los nuestros, pero en el film hay una reflexión que hace que el discurso imperialista de alguna forma sea cuestionado acercándose tímidamente a un pensamiento políticamente correcto. Batman opera como la contracara, la consciencia humana pero llena de odio y con ánimo de venganza, Batman es el individualismo, producto también de la misma sociedad, pero con un sentido de la justicia en donde se aceptan y se ponen en juego los costados oscuros que siempre son fascinantes en la ficción y que tienen que ver con lo más primario de la naturaleza humana. Y el sentido de la venganza de Batman lo entendemos y lo aprobamos aunque él sea multimillonario y Superman se haya criado en una granja Arkansas, Batman nos representa porque se parece a nosotros, porque él se puede comer una paliza y salir herido y eso es algo que le puede suceder a cualquiera, Batman no es Maradona y Superman sí es Maradona, porque tiene la condición de semi dios, de invencible, de haber revivido luego de que lo hayan acribillado. La bronca de Batman es la bronca animal, la del salvaje que toma revancha pero que a su vez sabe que esa revancha lo lleva a un camino sin retorno, y eso lo hace más atractivo a Bruce Wayne, estar a medio camino entre el héroe y el sicópata, su compartamiento es mucho más esquizofrénico que el de sus colegas con capas. Batman se asemeja mucho más a los villanos que el resto de los superhéroes con la excepción quizás de Daredeevil pero en la escudería Marvel, con la diferencia que Daredevil es uno de los pocos superhéroes que no tiene un mango partido al medio. No lo pongo en esta categoría a Deadpool, porque éste es un híbrido entre el superhéroe y el villano. Batman lo quiere aniquilar a Superman porque es un peligro para el planeta, como si fuera un arma de destrucción masiva pero que a su vez defiende los colores de la bandera de USA, otra contradicción y propuesta interesante del film, pero claro, es necesario que los héroes se hermanen y tengan como objetivo el bien común, que exceda el individualismo y es ahí donde Batman tiene que ceder y darle la opción a Superman que se transforme nuevamente en el héroe que se sacrifica por su pueblo, mientras Batman sobrevive en las sombras, pero con la inteligencia de ser quien pueda armar la Liga de la Justicia que a esta altura solo tiene sentido para ver como funciona mirándose en el espejo de The Avengers, pero más me interesa el rol que el hombre murciélago tendrá en Suicide Squad, película que pinta como la versión políticamente incorrecta de los súper amigos, protagonizada por los malos que trabajan momentáneamente para las denominadas fuerzas del bien. En pocos meses lo sabremos.